domingo, 8 de diciembre de 2013

Martín Piñol Carolina, Los centros de interpretación, un fenómeno de cambio de milenio

Para comentar dicho artículo, creo que debemos tener en cuenta antes que nada que los objetos, los datos, y la información entre otros elementos, ya que deben quedar encuadrados en un marco definido para poder explicar de qué tratan y el cómo tratarlos. Pues bien, atendiendo a esto, cobran importancia los museos, pero estos deben pasar por una renovación estructural, debido a que son vistos por una parte de población como un elemento que no conduce hacia algo “entretenido” , por lo que un uso de las nuevas tecnologías aplicadas al conocimiento podría ser una solución ante el descontento de la población. Por esta razón, surgen los “paramuseos” que es un modelo mixto, entre el museo convencional y los equipamientos culturales que están basados en el concepto de visitor`s center, el cual se expande por las empresas que tienen como fin la construcción de museos ya que los trámites para su edificación son mas complicados.
La expansión de los centros de interpretación puede explicarse porque posee una planificación escasa, y sucede lo mismo con su regulación normativa. Además de esta primera causa, existen otras como por ejemplo, la ventaja de los centros de interpretación respecto a los museos reside que en este último necesita de colecciones lo que lleva a una previa investigación, así como el ofertar una serie de plazas para labores de conservación, restauración, etc. Mientras que los centros de interpretación no precisa lo mismo que un museo, es más, como dije anteriormente, al no precisar de una planificación férrea la investigación puede ser improvisada, así por ejemplo si no se dispone de una colección de piezas se pueden usar réplicas, como es el caso de la réplica de la Cueva Pintada de Gáldar que se encuentra en el Museo Canario. El mantenimiento de los centros de interpretación también difiere de los museos ya que es aleatorio y según las disponibilidades municipales.

Pero las ventajas de los centros de interpretación pronto van a ser contradictorias puesto que su mala gestión le llevará al fracaso, y en este sentido cabe hacer mención que muchos de estos centros nacen en su mayoría de una necesidad política social y no social, por lo que no se tienen en cuenta las demandas y necesidades culturales. La transmisión de dichos centros hacia los municipios es realizada como una especie de regalo o contrapartida, puesto que se da por hecho de que el equipamiento lleva implícito beneficios económicos ya que es una forma de dinamizar la oferta turística, pero esta idea cojea en el sentido de que si no existe una estrategia turística como el simple hecho de la no existencia de alojamientos de calidad alrededor ya que es una desventaja bastante notoria. Además de esto, estos centros no suelen poseer un restaurante propio al cual se podría reconducir la clientela, y que va a suponer una entrada más de ingresos. El problema se agrava por la falta de planificación porque aparte de su escasa publicidad, también influye negativamente el hecho de que no se haya planificado con exactitud quién se encargará del centro, o no se haya planteado la formación del personal del centro, y esto va a llevar lógicamente al fracaso.

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