miércoles, 27 de noviembre de 2013

El albercón de la virgen.

Mi propuesta como Bien de Interés Cultural es el albercón de la virgen, puesto que es un monumento que está olvidado y que se encuentra en un estado poco deseable, por lo que se debería prestar más atención al mismo puesto que forma parte de una historia singular de Santa María de Guía. Se trata de un espacio circular que no se encuentra en muy buenas condiciones, y el albercón está hecho en piedra, cal y sillería.

Corría el año 1772 cuando el obispo de Canarias Fray Juan Bautista Cervera mandó a que se construyese el albercón o alberca en una de sus visitas a la villa de Guía para almacenar el agua de la donación hecha como forma de culto a la Virgen de Guía. Entonces la alberca que se encuentra en el municipio de Santa María de Guía de Gran Canaria fue mandada a construir por esa concesión de una cuarta de agua, ya que la heredad de aguas del palmital al tener un volumen de agua bastante denso pues no tenía espacio físico para almacenar tanta cantidad y decidió como ya se ha nombrado ceder esa agua.

Gracias a referencias como “el pago de 7 reales y medios, un día a dos peones y media a tres, para abrir el foso del albercón y no se acabó de abrir porque se descubrió arena” se puede deducir que los inicios para la construcción de la alberca eran un hecho, realizándose este hecho en 1774, dos años más tarde del mandato del obispo de Canarias, pero cabe comentar que la obra se alargó bastantes años, tal es así que hasta 1788 se siguió realizando. En 1793 se llegó a pagar 150 reales para que se efectuase la limpieza del albercón.
Según el cronista Pedro González Sosa, la documentación más antigua que hace alusión a esta heredad es de Septiembre de 1573 aunque señala que hay fechas más antiguas sobre la misma. Asimismo, hace alusión al importante caudal que poseía, y que lógicamente iba a influir notoriamente en el desarrollo agrícola de la villa de Guía, así como en el desarrollo industrial, ya que debido a la gran cantidad de agua esta era aprovechada para las plantaciones de caña de azúcar. También es importante señalar el hecho que con esta propiedad la parroquia de Guía obtuvo una posesión más, lo que le llevaba a aumentar sus rentas.

Finalmente, en el año 1805 se producirá el fin de la relación existente entre el heredamiento y la iglesia, puesto que mediante la declaración de una real orden en 1800 en el juzgado del corregidor Aguirre se formuló el expediente acerca de la venta y remate de la cuarta de agua por ese heredamiento del Palmital. En este sentido juega un papel importante Francisco Almeyda (Párroco de Guía)pues se le pide que se encargue de nombrar a una serie de peritos para que tasen y verifiquen el remate del agua y el albercón, y tras una serie de desavenencias, Falcón Alarcón se convierte en el dueño de la alberca.

Fuentes consultadas: 
-Fedac.
GONZÁLEZ SOSA, P.: “Crónicas de Canarias”,Nº1. Las Palmas de Gran Canaria: Junta de cronistas oficiales de Canarias,2005.

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