Mi propuesta como Bien de Interés Cultural es el albercón de
la virgen, puesto que es un monumento que está olvidado y que se encuentra en
un estado poco deseable, por lo que se debería prestar más atención al mismo
puesto que forma parte de una historia singular de Santa María de Guía. Se
trata de un espacio circular que no se encuentra en muy buenas condiciones, y
el albercón está hecho en piedra, cal y sillería.
Corría el año 1772 cuando el obispo de Canarias Fray Juan
Bautista Cervera mandó a que se construyese el albercón o alberca en una de sus
visitas a la villa de Guía para almacenar el agua de la donación hecha como
forma de culto a la Virgen de Guía. Entonces la alberca que se encuentra en el
municipio de Santa María de Guía de Gran Canaria fue mandada a construir por esa
concesión de una cuarta de agua, ya que la heredad de aguas del palmital al
tener un volumen de agua bastante denso pues no tenía espacio físico para
almacenar tanta cantidad y decidió como ya se ha nombrado ceder esa agua.
Gracias a referencias como “el pago de 7 reales y medios, un
día a dos peones y media a tres, para abrir el foso del albercón y no se acabó
de abrir porque se descubrió arena” se puede deducir que los inicios para la construcción
de la alberca eran un hecho, realizándose este hecho en 1774, dos años más
tarde del mandato del obispo de Canarias, pero cabe comentar que la obra se
alargó bastantes años, tal es así que hasta 1788 se siguió realizando. En 1793
se llegó a pagar 150 reales para que se efectuase la limpieza del albercón.
Según el cronista Pedro González Sosa, la documentación más
antigua que hace alusión a esta heredad es de Septiembre de 1573 aunque señala
que hay fechas más antiguas sobre la misma. Asimismo, hace alusión al
importante caudal que poseía, y que lógicamente iba a influir notoriamente en
el desarrollo agrícola de la villa de Guía, así como en el desarrollo
industrial, ya que debido a la gran cantidad de agua esta era aprovechada para
las plantaciones de caña de azúcar. También es importante señalar el hecho que
con esta propiedad la parroquia de Guía obtuvo una posesión más, lo que le
llevaba a aumentar sus rentas.
Finalmente, en el año 1805 se producirá el fin de la
relación existente entre el heredamiento y la iglesia, puesto que mediante la
declaración de una real orden en 1800 en el juzgado del corregidor Aguirre se
formuló el expediente acerca de la venta y remate de la cuarta de agua por ese
heredamiento del Palmital. En este sentido juega un papel importante Francisco
Almeyda (Párroco de Guía)pues se le pide que se encargue de nombrar a una serie
de peritos para que tasen y verifiquen el remate del agua y el albercón, y tras
una serie de desavenencias, Falcón Alarcón se convierte en el dueño de la
alberca.
Fuentes consultadas:
-Fedac.
GONZÁLEZ SOSA, P.: “Crónicas
de Canarias”,Nº1. Las Palmas de
Gran Canaria: Junta de cronistas oficiales de Canarias,2005.